Dentro del mundo del ilusionismo urge la profesionalización del sector.
Con esto no quiero decir que no existan profesionales, que los hay, y muy buenos.
Es algo más de trasfondo. Es una cuestión de actitud.
Aunque estos últimos años se ha ido viendo cómo poco a poco se va dibujando en el horizonte ese cambio de paradigma, existe todavía una visión muy sectaria y secretista del oficio, contra la que hay que luchar.
Entre otras cosas existe el problema de que parece que el mago tiene que saber de marketing, luces, escenografía, dramaturgia, dirección escénica, regiduría, de como hacer el oficio de tramoyista, de saber todas y cada una de las máquinas que se usan en el escenario… En fin, un superhombre (o supermujer), cuando en realidad esos trabajos se desarrollan con mejores capacidades por parte de un técnico del sector, que si bien es caro a priori, le vamos a poder sacar a posteriori la amortización correspondiente.
El planteamiento con el que parto de base es cuánto vale tu tiempo, es decir, si yo tengo que hacer todos esos trabajos, que no son baladí, cuanto tiempo me va a llevar hacerlos con excelencia, puesto que un profesional trabaja en esos parametros, hacer lo mejor que sabe en cada momento para hacer el mejor trabajo posible.
Lógicamente cuanto mayor expertos seamos en cada campo, mejor, pero si tienes que aprender lo que a otros solo la base de conocimientos les lleva años, pensando que lo vas a aprender en cuatro horas de cursillo, creo que se debe a un exceso de optimismo o ingenuidad por parte del ilusionista.
El planteamiento que tenemos que tener es ser los mejores magos posibles, pero vamos a la parte empresarial, ser la mejor empresa posible.
Para ser la mejor empresa posible tenemos que contar con los mejores profesionales y empresas de servicios posibles, y con los que trabajamos a gusto, para poder sacar todos los proyectos adelante.
Veo con gran desazón como en ciertas ocasiones no se cuenta con un profesional, porque sus servicios son más caros, pero las cuentas salen a largo plazo, y es que en una empresa se tiene que tener claro cómo se hacen las cuentas de amortización de los bienes que se adquieren, o de los servicios que se contratan, y esto es algo que se analiza de manera fría y racional.
Si para poder tener un producto, que es bueno porque he contado con los mejores de cada ramo, o los que yo considero los mejores, el espectáculo tiene que valer, como es lógico, toda esa amortización de inversión, y luego a mayores lo que consideremos que vale nuestro trabajo, pues hay que solicitar un precio en consecuencia. También tener claro cuánto tiempo vamos a tener ese espectáculo funcionando, si es un espectáculo que va a estar funcionando 5 años, pues es obvio que al amortizar en mayor tiempo, el precio va a ser menor, pero si el tiempo es de menos tiempo, tendremos que solicitar más dinero por el mismo.
Si pretendemos ganar el 100% del beneficio de un espectáculo con solo una actuación, entonces tenemos un problema, porque nadie nos va a pagar lo que vale ese espectáculo nunca (más si has invertido dinero, ensayos y material, sin contar gastos de distribución, personal y otros), ya que los parámetros se encuentran fuera de mercado.
Es por ello que veo una serie de trabajos a poder realizar por parte de mucha gente que es especialista en diversos aspectos dentro del mundo del espectáculo.
Si nos vamos a la faceta propiamente fiscal, se tiene que contar con asesores y un asesoramiento sólido.
Si vamos a la faceta de distribución tendremos que contar con gestores culturales o comerciales que nos hagan dicho trabajo, o en nuestro caso representantes.
Si nos ponemos en modo online, necesitaremos personas que sepan de redes sociales, de luces, de sonido, de imagen, de tecnología de streaming.
Si nos ponemos en modo creativo, tendremos que contar con personas que sepan de dirección escénica, de vestuario, de dramaturgia, de música, de luces y sonido, de atrezzo escénico, de regiduría.
Luego si nos tiramos por una faceta más académica, necesitaremos personas que sepan de planes pedagógicos, de enseñanza a diversos sectores de la sociedad, de acceso inclusivo para sordos y ciegos, de nuevas tecnologías.
Luego si nos tiramos a escribir libros, necesitaremos gente que sepa de fotografía, de maquetación, de dibujo, de corrección de textos a nivel editorial, de distribución de obra literaria o manuales.
Y estos son solo unos pocos de los oficios que nos vamos a encontrar alrededor del Ilusionismo, pero seguro que hay más, solo hay que mirar las necesidades que tiene el sector, ya que al fin y al cabo, no solo de magia vive el mago.
Photo by squeezeomatic is licensed under CC BY